En la práctica del yoga, una de las búsquedas fundamentales es el equilibrio entre el prana (energía vital) y el apana (energía de expulsión). Para encontrar ese equilibrio, es fundamental la práctica de los ejercicios respiratorios conocidos como Pranayamas, un conjunto de técnicas de respiración enmarcadas en la práctica del yoga, cuyo objetivo es controlar aquello que la tradición del yoga llamó prana, en sánscrito, y que se refería a la energía cósmica.
Son varias las técnicas de Pranayama que llevan enseñándose durante milenios. Se complementan entre ellas y se aprenden progresivamente, puesto que hay algunas más difíciles que otras.
Hay tres tipos de respiración básicas que es importante tener en cuenta a la hora de practicar: Respiración abdominal, torácica y clavicular. Cuando se reúnen todas de manera efectiva, hablamos de respiración completa.
El significado etimológico de Pranayama es “control de la respiración”, ya que es una palabra compuesta por prana, que quiere decir “aire, respiración, vida” y por yama o iama, que quiere decir “control”.
Sin embargo, estas son solo las palabras a partir de las cuales se creó una nueva, cuyo concepto o significado real es más amplio: control de la respiración, a la que la tradición del yoga le atribuye una importante función, que es obtener la energía del Universo.
El ser humano siempre ha sabido, que la respiración es una de las funciones necesarias para vivir, por lo que es normal considerar la respiración como una forma que tiene el Universo de transmitir su energía.
El Pranayama, o técnicas para aprender a respirar correctamente te aportarán innumerables beneficios cuando son realizados con consciencia y aquiescencia:
Hay que ver el Pranayama como un ejercicio real, no es solo quedarse quieto y respirar. Al igual que preparamos el cuerpo calentando con unos estiramientos y ejercicios poco exigentes, tenemos que hacer una preparación antes de realizar los ejercicios de Pranayama.
Siéntate con la espalda recta y cierra los ojos. Trata de relajarte. Fíjate en la forma de respirar que tienes. No influyas en ella, solo observa.
La respiración es una parte de una sesión normal de yoga, aunque también puedes entrenar solo el Pranayama cuando tu práctica es avanzada y tu control de los flujos energéticos de estas poderosas técnicas, están adecuadamente armonizados. Si lo haces como parte de una sesión, cabe la posibilidad de hacerlo antes o después de las asanas. Es mejor hacerlo antes si las asanas van a ser muy exigentes, ya que ese cansancio físico se traslada a lo mental.
Es importante estar en un ambiente silencioso, pero puede ayudarte a concentrarte usar música de frecuencias (sonidos de ondas binaurales, ondas alpha, delta, frecuencia 432hz o sonidos de la naturaleza).
Hay tres tipos de Pranayama en el sentido de tipos de respiración.
Respiración abdominal: Es la más común, es la que hacemos de manera inconsciente. Cuando se inspira es la parte baja de los pulmones la que se llena de aire, desplaza el diafragma hacia abajo y puedes ver cómo el abdomen se hincha. El Pranayama consiste en controlar la respiración para que sea lenta y silenciosa. Silenciosa porque eso quiere decir que el aire que llena los pulmones se introduce lentamente. Si tú mismo oyes la respiración es porque es demasiado rápida. Prueba más lentamente.
Mantén los músculos abdominales relajados, siempre inspirando y expulsando el aire por la nariz. Puedes colocar una mano en tu vientre para sentir los movimientos.
Respiración torácica: Al realizar una respiración de este tipo, notarás el movimiento en las costillas, ya que la caja torácica se expande. Para notar al máximo este tipo de respiración haz fuerza en los abdominales y respira. Al poner en tensión los abdominales impides que el vientre se expanda, y así la parte que se hincha es el tórax.
Respiración clavicular: Se produce al llenar de aire la parte superior de los pulmones. Tal vez nunca habías oído hablar de este tipo de respiración, así que presta mucha atención ya que el movimiento en las clavículas es muy sutil. Levanta las clavículas al coger aire, pero sin hacer ningún movimiento de los hombros. Es una respiración poco eficiente. De hecho, solo se menciona porque sí es valiosa cuando acompaña los otros dos tipos de respiración.
Cuando estos tres tipos de respiración se dan a la vez, estamos realizando una Respiración yóguica completa, que es la indicada en el Pranayama. Cada uno de los tres tipos, sirve para llenar de aire una cavidad diferente de los pulmones, y cuando se dan a la vez, conseguimos que los pulmones funcionen a máxima capacidad.
La forma correcta de realizar el Pranayama es: primero realizar la respiración abdominal, luego la torácica, y por último la clavicular. Al vaciar los pulmones se produce el orden inverso.
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